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Tristes van los zamoranos   metidos en gran quebranto;
retados son de traidores,   de alevosos son llamados;
más quieren todos ser muertos   que no traidores nombrados.

  Día era de san Millán,   ese día señalado,
todos duermen en Zamora,   mas no duerme Arias Gonzalo;
aún no es bien amanecido   que el cielo estaba estrellado,
castigando está a sus hijos,   a todos cuatro está armando,
las palabras que les dice   son de mancilla y quebranto:
-Yo he de lidiar el primero   con don Diego el castellano:
si con mentira nos reta,   vencerle he y hágoos salvos;
pero si cualquier traidor   hay entre los zamoranos,
y él nos reta con verdad,   muerto quedaré en el campo.
Morir quiero y no ver muerte   de hijos que tanto amo.

  Las armas pide el buen viejo,   sus hijos le están armando,
las grebas le están poniendo;   doña Urraca que allí ha entrado,
llorando de los sus ojos   y el cabello destrenzado:
-¿Para qué tomas las armas?   ¿Dónde vas, mi viejo amo:
pues sabéis, si vos morís,   perdido es todo mi estado?
¡Acordaos que prometistes   a mi padre don Fernando
de nunca desampararme   ni dejar de vuestra mano!

  Caballeros de la infanta   a don Arias van rogando
que les deje la batalla,   que la tomarán de grado;
mas él sólo da sus armas   a su hijo don Fernando:
-¡Dios vaya contigo, hijo,   la mi bendición te mando;
ve a salvar los de Zamora;   como Cristo a los humanos!

  Sin poner pie en el estribo   don Fernando ha cabalgado.
Por aquel postigo viejo   galopando se ha alejado
adonde estaban los jueces,   que ya le están esperando;
partido les han el sol,   dejado les han el campo.
Roselyn Oct 2013
Beautiful flower poem in japanese:

Utsukushi hana:

Utsukushi hana no yona
Sore wa chimei-tekina kakusa reta toge o motte iru
Utsu no o matte iru
Umareta bakarita jinsei o shuryo suru
Hayai, sore o haishutsu suru
Sore ga kanso suu tame ni
Jinsei o mite kare
Fuyu wa kono michi o kuru toki,-suki
Katsute atatakakatta subete no seimei o korosu
Sore wa taikutsu ***** ita toyuu riyu dakede
Sono utsukushii hana
Sore no tame ni jinsei
Meiwakuna hachi no yona monodesu
floriography Apr 2014
we need to start talking
about  something —
a n y t h i n g
before i lose my head,
before you drop the knife,
slicing down, wearing thin
like my blood tonight.

how many shots were fired?
we never needed inhibitions anyway.
glowing drinks, hand in hand,
and i know
the elephant following you
will crush you soon enough.
how many times have i sworn?
i lost count,
you don't care.
i never stopped.

please just *******
say something —
A N Y T H I N G
before i take the plunge,
before you pull the plug,
shutting down, aging skin
like our hands tonight.

i love you and you love me.
how many times have i told you?
you lost count,
i don't care.
we never stopped.

so let's talk about something.
Mafe Oct 2012
"Uma corte recheada de incertezas.
Diz o mestre:
- A todos vocês condeno essas correntes ventrais.
Condeno essa pressão cardíaca, essa confusão mental.
Não desejeis vós que o sentimento profundo lhes fosse concedido?
E quem há de me jurar que com ele não viria tremenda descordenação,
tremendo derrocamento?
Ouçam o bardo correndo louco entre as paredes de pedra.
Ouçam o gondoleiro, barcarolando as canções de amor.
Ouçam o basbaque som dos encantados,
os afeiçoados e doados de coração.
Eis a verdade, corte, corte de sentimentos.
Jaz aqui o vento que me tragou a esta ilusão.
Gritam altissonantes os mares,
arriscai-vos corações,
antes que o mar os leve a vossos esquifes,
antes que seja muito tarde para arriscar.
Porém que seja espúrioso o vosso amor.
Pois é sentimento que se perde em lamentações,
e para vive-lo, arriscar é necessário, não aja com esquivança,
uma vez entrelaçado, o amor é mais que a promessa,
é a eternidade, é um fado, é um facho,
é imensurável,
é imane,
é ilibado,
insinuante sinal de maravilhas,
ofusca os olhos de quem sente,
faz plenitude e traz saudade a quem não tem,
mas ainda sim muito além,
é uma reta paralela, e dele deve ser padrinho em solenidade,
é um pardieiro implorando piedade, e nós somos a reconstrução.
Então amem corte, mas paguem o preço,
na labuta e na luta,
pois o amor é um mestiço, meio amargo, meio doce,
mas é nato em perfeição."
Ya cabalga Diego Ordóñez,   ya del real había salido,
armado de piezas dobles,   sobre un caballo morcillo;
va a retar a los zamoranos,   por muerte del rey su primo.
Vido estar a Arias Gonzalo   en el muro del castillo;
allí detuvo el caballo,   levantóse en los estribos:
-¡Yo os reto, los zamoranos,   por traidores fementidos!
¡Reto a mancebos y viejos,   reto a mujeres y niños,
reto también a los muertos   y a los que aún no son nacidos;
reto la tierra que moran,   reto yerbas, panes, vinos,
desde las hojas del monte   hasta las piedras del río,
pues fuisteis en la traición   del alevoso Vellido!

Respondióle Arias Gonzalo,   como viejo comedido:
-Si yo fuera cual tú dices,   no debiera ser nacido.
Bien hablas como valiente,   pero no como entendido.
¿Qué culpa tienen los muertos   en lo que hacen los vivos?
Y en lo que los hombres hacen,   ¿qué culpa tienen los niños?
Dejéis en paz a los muertos,   sacad del reto a los niños,
y por todo lo demás   yo habré de lidiar contigo.
Más bien sabes que en España   antigua costumbre ha sido
que hombre que reta a concejo   haya de lidiar con cinco,
y si uno de ellos le vence,   el concejo queda quito.
 Don Diego cuando esto oyera   algo fuera arrepentido;
mas sin mostrar cobardía,   dijo: -Afírmome a lo dicho.
Leydis Jul 2017
Ven, que Cortázar aprueba nuestra entrega.
Ven, que muero de ansias por dormir contigo.
Ven, descansemos estos cuerpos muertos por la rutina.
Ven, que la vida nos invita a relajarnos entre mimos.
Nos inventa jugadas que puedan extasiar nuestras almas.
Nos regala palabras que podemos gritar hasta que los vecinos se enfaden.
Ven que la alcoba nos llama….ella nos reta--a ahogarnos las llamaradas.
Ven, vamos a escalar el Himalaya,
Ven, que el amor será nuestra mejor guía mientras la descubrimos.
Logremos derretir con nuestros fogosos cuerpos, la nieve que la decora.
Ven, que quiero ser tu “Hima” para que tu nieve enfrié mi canícula.
Quiero ser tu himno, tu gloria, tu mujer insaciable.
Quiero que tú seas mi “ālaya”,
mi morada, mi lugar donde exquisitamente calo en tu cúpula.
Que seas mi río Brahmaputra y que me emputes la impudicia.
Que desagües mis valles con tu dulce boca.
Que conquistes la cordillera de mis pretensiones.
Que derritas mis ventisqueros para alimentar mis famélicos deseos.
Ven, que nuestra alcoba nos llama, nos invita.
Vamos a subir la montaña Everest entre besos que excitan.
Dejemos que el amor nos quebrante sin descuido.
Nos embriague entre artimañas mientras escalamos hacia la cima.
Ven, que este amor se concomerá nuestras ganas,
empuñándonos en cada paso mientras escalamos esta montaña
de pasión, de devoción, de inaguantables salacidad.
Ven que nuestro amor nos hará invencibles,
cuando logremos al mismo tiempo colonizar nuestras cumbres
y la decoremos con una emblemática bandera blanca…...
Ven mi cielo a dormir conmigo,
que el amor, el calor y el deseo se están carcomiendo en nuestro lecho.
LeydisProse
7/7/2017h
ttps://www.facebook.com/LeydisProse/
Venido a menos víking, de poeta
(¡y en el Trópico!) estoy. Cuando cavilo:
¿será mi estilo, (por llamarle estilo)
-de ése mi estilo (estilo a la jineta)
yo mismo en veces (pocas) me horripilo-,
barroco estilo, ni motor de escándalos, 1
por descender (si criollo hasta la zeta)
de Renanos, Iberos, Godos, Vándalos?

De Iberos, (no español de pandereta),
de Renanos (si no bajo del tilo
romanticoide y menos soto el filo 2
guadañador: el Führer non me peta),
de Godos (pero zurdo: y nunca enfilo),
de Vándalos (¿por miedo al diablo mándalos
el Vulgo?) vengo (y vándalo un asceta?):
de Renanos, Iberos, Godos, Vándalos.

De inconexo y sin orden, soy veleta.
(Llévame el viento -como brizna- en vilo).
Ácrata soy, de buen humor tranquilo.
Jamás sóbrame duro ni peseta.
La Noche es techo de mi sólo asilo.
Grandes recorta, mínimos agrándalos,
fechos, mi móvil Yo: ¿síntesis? ¿meta?
de Renanos, Iberos, Godos, Vándalos.

De Enano hace Gigante, y -David- reta
verdadero Goliat, que vé pupilo
mi fantasía, y aunque corte un hilo
su mandoble: y sin honda, ardid ni treta...
Y, ante casos minúsculos, vacilo:
(casos que un soplo blándulo desbándalos...)
Tan vario humor, ¿es zumo que secreta
de Renanos, Iberos, Godos, Vándalos?

De loco no aprovecho, y la chaveta
perdí hace siglos, -y, si despabilo, 3
cuerdo ya soy: de la cordura silo!:
más cuerdo que el mejor anacoreta.
¿Cuerdo? ¡Qué vá! Con menos me obnubilo;
a Juicio y a Folía, Humor comándalos:
¿heredé Humor, Esplín -y la Pirueta-,
de Renanos, Iberos, Godos, Vándalos?

De ambas soy cojo, y ando sin muleta.
Sordo, y oigo el silencio. Y en sigilo
-ciego- oteante el ***** mar vigilo
de la cofa. Sin Fe, ni Amor, ni lieta
Bienandanza, Ambición, ni Afán, destilo
miel -si hiérenme- a ejemplo de los sándalos
(y acíbar además...) ¿Suma -incompleta-
de Renanos, Iberos, Godos, Vándalos?
Príncipe: ¿quién mis trucos interpreta?
¿quién cargará con la que en torre apilo
-¿de Babel?- ¿tonterías? ¿Quién no veta
balumba tal -inundación del Nilo?-
Malos caminos, muy más rápidos ándalos:
es decir, rasga ya la Baladeta 4
de Renanos, Iberos, Godos, Vándalos.
Leydis Jul 2017
Ven, que Cortázar aprueba nuestra entrega.
Ven, que muero de ansias por dormir contigo.
Ven, descansemos estos cuerpos muertos por la rutina.
Ven, que la vida nos invita a relajarnos entre mimos.
Nos inventa jugadas que puedan extasiar nuestras almas.
Nos regala palabras que podemos gritar hasta que los vecinos se enfaden.

Ven que la alcoba nos llama….ella nos reta--a ahogarnos las llamaradas.
Ven, vamos a escalar el Himalaya,
Ven, que el amor será nuestra mejor guía  mientras la descubrimos.
Logremos derretir con nuestros fogosos cuerpos, la nieve que la decora.

Ven, que quiero ser tu “Hima” para que tu nieve enfrié mi canícula.
Quiero ser  tu himno, tu gloria, tu mujer insaciable.
Quiero que tú seas mi “ālaya”,
mi morada, mi lugar donde exquisitamente calo en tu cúpula.
Que seas mi río Brahmaputra y que me emputes la impudicia.
Que desagües mis valles con tu dulce boca.
Que conquistes la cordillera de mis pretensiones.
Que derritas mis ventisqueros para alimentar mis famélicos deseos.

Ven, que nuestra alcoba nos llama, nos invita.
Vamos a subir la montaña Everest entre besos que excitan.
Dejemos que el amor nos quebrante sin descuido.
Nos embriague entre artimañas mientras escalamos hacia la cima.

Ven, que este amor se concomerá nuestras ganas,
empuñándonos en cada paso mientras escalamos esta montaña
de pasión, de devoción, de inaguantables salacidad.

Ven que nuestro amor nos hará invencibles,
cuando logremos al mismo tiempo colonizar nuestras cumbres
y la decoremos con una emblemática bandera blanca…...

Ven mi cielo a dormir conmigo,
que el amor, el calor y el deseo se están carcomiendo en nuestro lecho.

LeydisProse
7/7/2017h
ttps://www.facebook.com/LeydisProse/
He vuelto a media noche a mi casa, y un canto
como vena de agua que solloza, me acoge...
Es el músico célibe, es el solista dócil
y experto, es el zenzontle que mece los cansancios
seniles y la incauta ilusión con que sueñan
las damitas... No cabe duda que el prisionero
sabe cantar. Su lengua es como aquellas otras
que el candor de los clásicos llamó lenguas arpadas.
No serían los clásicos minuciosos psicólogos,
pero atinaban con el mundo elemental
y daban a las cosas sus nombres...
                                                     
            Sigo oyendo
la musical tarea del zenzontle, y lo admiro
por impávido y fuerte, porque no se amilana
en el caos de las lóbregas vigilias, y no teme
despertar a los monstruos de la noche. Su pico
repasa el cuerpo de la noche, como el de una
amante; el valeroso pico de este zenzontle
va recorriendo el cuerpo de la noche: las cejas,
y la nuca, y el bozo. Súbitamente, irrumpe
el arpegio animoso que reta en su guarida
a todas las hostiles reservas de la amante...
¿Hay acaso otro solo poeta que, como éste,
desafíe a las incógnitas potestades, y hiera
con su venablo lírico el silencio despótico?
Respondamos nosotros, los necios y cobardes
que en la noche tememos aventurar la mano
afuera de las sábanas...
                                                El zenzontle me lleva
hasta los corredores del patio solariego
en que había canarios, con el buche teñido
con un verde inicial de lechuga, y las alas
como onzas acabadas de troquelar. También
había por aquellos corredores, las roncas
palomas que se visten de canela y se ajustan
los collares de luto... Corredores propicios
en que José Manuel y Berta platicaban
y en que la misma Berta, con un gentil descoco,
me dijo alguna vez: «Si estos corredores
como tumbas, hablaran ¡qué cosas no dirían!»
Mas en estos momentos el zenzontle repite
un silbo montaraz, como un pastor llamando
a una pastora; y caigo en la lúgubre cuenta
de que el zenzontle vive castamente, y su limpia
virtud no ha de obtener un premio en Josafat.
Es seguro que al pobre cantor, que da su música
a la erótica letra de las lunas de miel,
lo aprisionaron virgen en su monte; y me apena
que ignore que la dicha de amar es un galope
del corazón sin brida, por el desfiladero
de la muerte. Deploro su castidad reclusa
y hasta le cedería uno de mis placeres.
Mas ya el sueño me vence... El zenzontle prolonga
su confesión melódica frente a las potestades
enemigas, y corto aquí mi panegírico
para el zenzontle impávido, virgen y confesor.
hi da s Oct 2017
não precisa pensar muito. ângulo de noventa e cinco graus e um triângulo equilátero.
de onde vieram essas lembranças?
folha de papel cor creme e sem pauta.
faz sete anos que não escrevo em linha reta.
é tão gostoso os dedos deslizando pelas mechas do cabelo.
alcançando até as pontas - essa é a melhor parte.
a fumaça é a coisa mais linda mesmo.
não precisa se esconder atrás da cortina por que a vergonha não usa roupa e isso é tão natural pra ela.
escute gal costa e cante junto com ela.
que magnífico é pensar no som e ouvi-lo mas não vê-lo.
não precisa mais querer voltar a ser criança. a sessão da tarde já não é mais como aquela lembrança em mil novecentos e noventa e oito.
o véu que sempre esteve na gaveta uma hora vai se puir.
porque no fim tudo se apaga.
inclusive o cigarro que chegou na xepa.
escrevendo sempre sem pensar
Desencajado, la pupila quieta
Y trémulo el andar... roto el vestido...
Como en vagos ensueños abstraído,
Del viejo bodegón salió el poeta.

¿Qué pena oculta, qué pasión secreta
Clama en su pecho soledad y olvido?
¿Qué voz de indignación como un rugido
Vibra en su labio y a los cielos reta?

Y maldijo los cantos de su lira,
Y llamó la Virtud un nombre vano,
Humo, la gloria; y el Amor, mentira...

Y al caer desplomado en las baldosas,
Traía el aura del jardín cercano
Fragancia de jazmines y de rosas.
I - A Entrada

Abrem-se as portadas, para que todas as partes de mim possam entrar.
Entro, a custo, na sala escura do meu palácio mental. As portas já se tornaram difíceis de empurrar - pelo pouco uso a que as tenho condenado.
Não me sinto preparada. Nem sei se algum dia hei-de estar. Contudo, uma vez que os pés já atravessaram para o lado de lá, roubei-me a opção de fazer o resto do corpo recuar.
     Lá vou eu, sentar-me na mesa redonda do Eu.
Sinto mil olhos pousados em mim. Todos curiosos e com intenção de me analisar. Todos prontos para me dissecar. Logo Eu, que prefiro ter objetos de estudo, em vez de ser o objeto estudado. Então, tenho de me contrariar. Desta vez, não posso fechar-me na concha à espera que alguém a venha rebentar. Preciso de estar exposta a este desconforto. Sou a paciente. A que tem de manter os olhos abertos enquanto lhe remexem o cérebro à procura do tumor que me está a matar.
Quase podia jurar que seria visível a todos, este peso que circula no ar - denso como o nevoeiro que se levanta no mar...- um peso tão denso que podia ser cortado ao meio.
                       Mas só a mim veio cortar.
Olho em volta, a mesa está cheia de mim, não sobra um único lugar. Todas me observam, como se achassem que sei exatamente o que preciso de falar. Mas, não sei.
Tenho a firme sensação que estou prestes a ter de me enfrentar. É como se todas esperassem que, finalmente, me confessasse. Mas, não sei o quê.
Ou talvez saiba.
Ou talvez ainda me sinta demasiado fraca para o proclamar.
Sento-me na única cadeira da sala que dá para girar.
Estarão as outras mais firmes - ou serei eu que já perdi o chão?
Destravo as rodas, dou um balanço nervoso, preciso de uma distração que me ajude a começar.

Atenção a todas!
Silêncio na sala. Está na altura de confessar.

II - O Funeral

Antes de mais, devo-vos um pedido de perdão.
Sei que tenho estado propositadamente adormecida, num coma auto-induzido, uma anestesia emocional para que consiga continuar a andar. Desprovida da essência dual e humana que tanto me caracteriza. Tenho estado focada em sobreviver, a correr para a frente sem olhar para trás, na esperança de que, se assim for, os meus pensamentos não consigam apanhar-me. Posso dizer que, até já tentei aprender a voar, mas ainda não consegui sentir a liberdade que me falaram.
Tenho tentado adormecer mais cedo - e acordo várias vezes a meio da noite, para não me permitir sequer sonhar. Sinto-me tentada a mandar o meu corpo ao mar, sem qualquer intenção de mexer os braços para o fazer boiar.
Encurralei, num canto escuro da minha mente, a voz que se recusava a calar. Na esperança de que, se tapasse os ouvidos com força suficiente, não a ouvisse mais a chamar.
Pus correntes à volta do meu coração. Não queria que batesse, nem que uma única gota de sangue me traísse, nem queria sentir a minha própria pulsação. Mas ouvi uma voz dizer que as correntes são feitas de elos de ligação. E eu quis destrui-las também - porque até elas me levavam a ti.
Então, já não escrevo. Já não canto. Já não sinto prazer em sentir.

Todas de mim olham-me de volta, com o mesmo olhar de desilusão. Como se me quisessem esbofetear por compaixão. Como se não tivessem coragem de me provocar mais dor.
Sabem que não podem esmagar o que já se desfez, uma vez que já me estendi em lágrimas no chão.
O eco do silêncio é ensurdecedor.
Preferia que me partissem até eu cair num caixão.
Ao menos assim,
                                 o silêncio
                          daria lugar ao som.

III - As cinzas

Deambulo como um espírito que não encontrou passagem, sobre a areia molhada onde o mar deixou um beijo antigo. Lembro-me de todas as vezes que percorri esta mesma praia, esperançosa de me esbarrar em ti. Lembro-me do exato sítio onde te encontrei. E da exata rocha onde escorregaste, quando também me procuravas a mim.
Lembro-me do teu cheiro na minha pele - da sensação de casa que via no castanho do teu olhar. E quero esquecer que agora sou um espírito abandonado, sem o teu olhar para encontrar.
Lembro-me da tua mão na minha - de saber, com o corpo inteiro, que era ali o meu lugar. Agora, tento esquecer a ausência - a mão fantasma que ainda procuro apertar.
Lembro-me que já não estás aqui. Tento apagar os anos em que te conheci.
Lembro-me que tenho de ser forte - e tento esquecer a triste verdade:
que serei sempre fraca por ti.

Um coração partido não faz barulho ao estilhaçar. Não deixa uma marca que alguém possa ver. Chamam-lhe figura de estilo. Mas a dor é literal. Quem diz que ninguém morre de desgosto, convido-vos a entrar no meu palácio mental, e assistirem comigo, na primeira fila, ao meu próprio funeral.
O silêncio grita mais alto que qualquer lamento.
Quero gritar,

mas não me quero lembrar do porquê.

IV - A sombra da escrita

Aquilo a que resistimos, persiste dentro de nós.
E se o arrependimento matasse, eu já teria morrido. Ou talvez tenha mesmo morrido e ninguém reparou - além de mim.
Enterrei - vivo - o amor que me mantinha aqui. E agora, quanto mais fujo de mim, mais me sinto sozinha. Quanto mais longe vou, mais a minha alma definha.
Fica doente.
Pequenina.

A realidade é que não sei como não te amar. Não sei como esquecer todo o amor que senti. Ou como ignorar que isso me mudou. E não sei lidar com o facto de que nunca mais voltarei a permitir que esse amor exista. Que inunde e transborde. Que seja o ar leve que fazem estes pulmões vibrar.
Escrever só faz sentido
quando és tu o motivo que me faz sangrar. Escrever só tem sentido se for mexer na ferida,
                               e tu eras a faca
                                                     e a razão.
Então, fugi da escrita. Fugi de mim. Quero esquecer-me de tudo aquilo que já me fizeste despejar no papel,
porque não sei como voltar à escrita sem voltar a ti.
Só que já não há casa, não há ninguém para onde voltar.
O teu sitio está vazio. O teu assento já está frio. Já não há musica, nem escrita, nem literatura para nos unir.
Resta-me queimar estas palavras, segurar o papel ardente contra o peito
como se ainda pudesse aquecer-me com o que restou.
E tentar esquecer-me que, um dia, foste a minha fonte de calor,
      a luz que me guiava na escuridão...
O meu pirilampo mágico! A quem decidi entregar-me de alma e coração.

Hoje, parece tudo tão longínquo... como se nunca tivesses existido, como um sonho do qual acordei atordoada, como se tivesse gastado mais uma vida em vão.
Agora, a mesa está vazia. Já não sei qual de mim ficou para apagar a luz.  
Mas sinto-a, sozinha, em silêncio, à espera que volte(s).

V - A mesa redonda do Nós

Sentámo-nos, sem convite, cada qual com as suas vozes - umas sussurram desculpas, outras gritam promessas partidas.
Tu trazias o silêncio nos ombros,
   eu, a urgência de ser compreendida.
Entre nós, o tempo ocupava a cadeira do meio, com as mãos cruzadas sobre o colo, esperando que alguém lhe pedisse perdão.
Ali cabiam todas as versões de nós que tentaram - e falharam : a criança ferida, a amante que esperava demais, a amiga ausente, a que esperou à janela até ao fim do verão, e a que aprendeu a calar o amor para não o perder. Também ali estavam os que não souberam ficar e os que quiseram demais - mas na hora certa, ninguém os quis de volta.
Fizemos da mesa um espelho estilhaçado, onde cada caco refletia uma versão diferente do encontro.
Eram histórias ditas pela metade, afetos com ferrugem, promessas que nunca chegaram ao corpo, cartas que não foram lidas, beijos que não voltaram para casa, toques interrompidos por orgulho, olhares desviados na última possibilidade de ternura.

Tentámos ordenar o caos, nomear culpas, mapear o amor, dar à dor algum significado:
quem magoou quem,
quem fugiu primeiro,
quem se calou quando devia ter falado,
quem amou a quem em vão.

Mas o "nós" não se escreve em linha reta,
é espiral,
                 tropeço,
                                  é laço e corte.
É ponte feita de dedos trémulos, tentando ainda alcançar.

E entre cacos, alguém - talvez tu - ergueu um gesto quase imperceptível:
um "ainda" dentro do "já não",
um "pode ser" suspenso no "acabou".

Então brindámos,
não ao passado, mas à remota e terna possibilidade de voltarmos a encontrar o amor
                                    não como foi
mas como ainda pode ser:

mais paciente,
                            mais honesto,
menos medo,
                            mais presença.

Um brinde a isso!
À flor que cresce entre as pedras,

ao reencontro verdadeiro,

mesmo que não seja imediato.
                 
Ao amor que regressa, se soubermos esperar com o coração aberto.

No fim, servimos silêncio em taças de cristal.
Um brinde à tentativa!
Às ruínas que ainda brilham.
Ao facto de termos tentado.
Um brinde a estarmos ali,

ainda que partidas,
                                    
                                      ainda que tarde,

ainda que nunca cheguemos a consenso.

Porque amar é tentar,
mesmo quando falha.

VI - Final

Talvez um dia, ouça a porta a ranger,
e outra de mim entre -
sem pressa, sem medo.
Talvez nem se sente,
apenas acenda a luz.

E nesse gesto, silencioso, haja uma oportunidade de começar de novo.

— The End —