detén la caja musical que me regalaste
aún conservo del candado la llave
de aquel que colgué inconsciente,
salvaje,
desorbitante,
irracional,
ante el demostrar mi todo
regalarte mi alma, ni modo
aún odio cuando no estás, lejos hay que buscarte
desesperante, mi alma se vuelve arena...
y los granos de mi ser caen sobre tu boca,
vos los escupes en cambio, incomodando el silencio
aún extraño cuando el mismo era inédito,
romántico,
excéntrico para mis 16 años de buscar ser perfecto.
Aún con amor te recuerdo,
si te suena esta melodía repudiable,
soy yo
dejando mi carta en tu buzón,
para vos siempre va a ser desarmable.